martes, 11 de junio de 2013

Tomando decisiones


Llevaba dándole vuelta meses, no sabía como decírselo, pero tenía que hacerlo, necesitaba un cambio en su vida y lo necesitaba ya.

 

-Papa tengo algo que comentarte- dijo sentándose a su lado en el sofá.  -Dime cariño soy todo oídos.

 

Y respirando profundamente para coger fuerzas, le explicó a su padre en que momento de su vida se encontraba y que quería hacer con ella.

 

Nunca había sido una chica que tomara las decisiones por si misma, se dejaba llevar. No la incomodaba amoldarse a lo que los demás dijeran o hiciesen, hasta que un día alguien le pregunto  que tenía planeado hacer ese verano y no supo que responder, ya lo habría decidido su padre, suponía, como siempre.

Cuando esa tarde llego a su casa, y se sentó a leer, miró por la ventana de su habitación y se dio cuenta de que todo lo que había hecho en su vida, lo habían decidido otros, hasta sus amigos la habían elegido a ella.

 

En ese momento se planteo, si había algo en lo que ella pudiera tomar partido de verdad, mirando dentro de si y explorando que es lo que quería,  se sorprendió, tenía tantas cosas que quería hacer, que se asustó dándose cuenta del tiempo perdido.

 

Dejo de mirar por la ventana y empezó a buscar información en el ordenador, de esas cosas que anhelaba; en que consistían, como podía realizarlas. Estuvo recopilando datos casi dos semanas y se dio cuenta que había hecho quizás una lista muy larga, aunque pensándolo bien, sino lo intentaba no sabría nunca si sería capaz.

Con la lista confeccionada, empezó a organizarla, que hacer antes, por donde empezar y se dio cuenta que detrás de su timidez y su miedo ha hacer había dejado pasar mucho tiempo, había tenido una vida vacía.

 

Y ahora, por fin, después de casi 3 meses estaba contándole a la persona más importante de su vida, que iba a dedicar todo su tiempo y sus fuerzas a cumplir su lista y que esto la llevaría muy probablemente lejos de el durante una buena temporada.

 

Su padre se quedó impactado, sabía que su hija era una chica inteligente, tranquila, y nunca pensó que se atrevería a volar sola, no la creyó capaz y ahora mientras la escuchaba, sonreía por dentro por que aunque tarde, ella había por fin tomado las riendas de su vida. La echaría de menos, pero su prioridad número uno era ella y esto es lo que la haría feliz y el le daría todo su apoyo.

 

-Veo que tienes todo más que pensado – lo dijo a su hija en un tono muy cariñoso y con una media sonrisa en la cara. -Si, papá necesito hacerlo ya;  y bueno quería…. Y quería tu aprobación- respondió mirando al suelo, seguía esperando que decidieran por ella. -

Todo lo que vayas a hacer está bien hecho, es más creo que has tardado mucho en decidirte. –Sonrió- te voy a echar muchísimo de menos, pero no te librarás de mi, ¡Benditas nuevas tecnologías! Y ahora levanta esa cara y sonríe, y corre a tu habitación todavía te quedan algunas cosas por hacer, antes de marcharte.

 

Ella le dio un abrazo y un beso fuerte y antes de separarse de él le susurro al oído, gracias papi, te quiero.

 

Empezaba su nueva vida. Cont.

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