sábado, 28 de mayo de 2016

La Visita

     Probablemente si alguien nos vio ayer en el parque pensaría que eramos dos amigas con sus hijos, hasta yo llegue a pensarlo por un momento.

Pero no eramos la madre biológica y la de acogida con nuestros hijos, ayer tocaba visita.

¿Cómo fue? Duro.

¿Por qué? Porque luego tiene consecuencias.

Fue una visita agradable, los niños jugaron, nosotras hablamos con naturalidad de muchas cosas.

 Pero, si claro que hay peros, por que no es una situación habitual.

Hay temas difíciles, cuando A. Pequeña dice mamá, por ejemplo, aunque la normalidad predomina y nadie se ofende. Cuando pregunta a su madre por su padre, mi niño necesita respuestas. Cuando yo cojo a su hija pequeña para enseñarla a beber de una botella. 
Son cosas normales, que somos capaces de hacer sin ofendernos. Y eso para mi tiene un valor impresionante.

Ella no se siente violenta por mi presencia y yo la respeto como su madre y eso se nota. 

Pero llega el después y nos despedimos, nosotros nos montamos en el coche y A pequeña empieza a llorar desconsolado.
No estoy muy segura del motivo, pero lo intuyo. Mi madre cuida de los dos pequeños, pero de mi no. 

Me gusta mi familia, pero por que no puedo estar con mi madre.

Y esta reflexión me da la razón cuando entre sollozos dice:

- Quiero estar con mamá R. , no quiero estar en estar aqui- pausa. Mamá, Abe Os quiero. 
Y yo me concentro mirando a la carretera, respiro y pienso que no es justo que un niño de 5 años tenga esos problemas en su cabeza.

- Cariño, lo siento, se que te sientes mal, pero te queremos TODOS. Mamá R. Y esta familia, pero hay veces que no puede ser la vida como nos gustaría. 

Solo pido tener fuerzas y cabeza suficiente para ayudarle a tener una vida maravillosa, donde quepamOs todos los que le queremos.

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