domingo, 21 de enero de 2018

Antes, ahora, nunca, siempre

Tus manos recorriendo mi cuerpo.

Tus labios dándome mordiscos.

El roce de tu barba de dos días en mi cuello.

Tu pecho pegado a mi espalda.

Tu cadera empujando contra mi.

Así te quiero siempre. 
Así te sueño. 
Así te deseo sin descanso. 

Y entonces me despierto y soy consciente de lo que prometimos,  distancia, ser solo conocidos. 
Y me arrepiento del primer beso,  del primer abrazo, de todas las primeras veces que hicieron que nos dejáramos llevar  rompiendo los límites autoimpuestos.

Esos que nos arrastraron hasta destruirnos,  y perder todo lo que nos hizo uno. 

Un nosotros con otra historia,  otro final,  otro principio,  en otro tiempo y espacio. 

Un ójala,  un y si... 

Pero es un nunca al que acostumbrarse aunque duela.