Qué difícil es salir airoso de una tarde preguntona.
Vamos que ayer A. tenía muchas preguntas que hacer y quería respuestas, respuestas de verdad.
Tiene 7 años pero es listo, inteligente y cuando pregunta quiere sinceridad, y al poder ser la versión más real. ¿Por que digo esto? por que a él no se le olvidan así como así las preguntas que hace y mucho menos las respuestas. Vamos que la primera vez que pregunto por su color de piel no le conté toda "su historia" como tal, tenía 3 años, pero la base es la misma con añadidos a su edad, y os puedo asegurar que la base sigue teniendo las mismas palabras de entonces, por que si te desvías del guión , te lo recuerda.
Sabe mucho por que lo ha preguntado todo, y es su derecho y mi obligación como madre o así lo creo realmente.
Pero hay días en los que contestarle es un verdadero trabajo de contención de sentimientos, que no de respuestas, por que las tuvo todas. Y ayer fue un día de esos.
Estaba realmente triste por que alguien le dijo que sus padres biológicos le dejaron por que eran pobres, por que se preguntó entonces quienes eran sus verdaderos padres y así me lo preguntó. Por que hay días en los que no le gusta ser diferente, quiere ser blanco, no quiere destacar, no quiere que nadie le pregunte por su parche, no quiere que nadie sepa su historia, no quiere ser juzgado.
Y yo entiendo que se sienta así, pero no siento lo mismo que él por que yo no soy como él y eso también duele.
Sólo espero que estar a su lado, siempre que el me lo pida y cuando no también, por que para eso soy su madre con todas las consecuencias.
Y hablas con el, y le miras y le levantas la cara que lleva un buen rato mirando al suelo, Y entonces el te dice: ya lo se mamá, tu siempre me has dicho que me quieres siempre, hasta cuando me enfado, entonces mis verdaderos papas, son mis papas.
Y así nos quedamos hasta la próxima tarde de preguntas.
