martes, 12 de noviembre de 2019

No es un cuento de hadas


En otras circunstancias, en otro momento no se habrían conocido. Nada en común, o sí.
 La vida es caprichosa.
Pero un día coincidieron en el espacio y en los tiempos propicios.
¿Propicios? ¿Para qué? Para tener una gran historia.
Una historia diferente de una relación diferente, no convencional. ¿Cuántos tipos de relaciones conocéis?
No hay definición que encaje en ella todavía, no se escrito. Tampoco ellos saben si tiene nombre, o si lo intuyen y lo saben no quieren decirlo en alto.
Una vez quisiste  y ya; ya es suficiente. No vas a permitirte hacerlo otra vez como se debe de hacer, hasta perder el sentido.
Entonces, cómo es que hay historia, te preguntarás.
Sigue, sigue leyendo.
Hay historia porque hubo dos personas que se encontraron, buscaron sitios en común, tiempos perdidos, conversaciones, promesas, ojalas y también espacios, ya tenían vidas hechas a las que no podían renunciar, y tampoco querían.
Y con el tiempo fue cogiendo forma, diferente a cualquier otra. Con más intensidad pero también con más silencios, con más necesidad y menos compromiso, con recorrido pero sin promesas, con tantos encuentros como ausencias, con espacio, con libertad, con más de lo que tienen otras historias, diferente a cualquier otra vivida antes.
Pero las vidas paralelas no suelen funcionar y esta no es una excepción. ¿O sí?
No lo saben, no se lo preguntan, continúan a pesar de las dificultades, o como consecuencia de ellas.
¿Por qué continuar si sabes que hay final? ¿Por qué hacerlo si no hay futuro?
Porque es su historia y cada uno la vive como quiere.