Cuánto daño hacen las rupturas no elegidas, no pensadas, no superadas , no curadas.
Pero pocos suelen ser conscientes y entonces arrastran daños que saltan mas tarde o más temprano a la gente que tienen cerca.
Negarlo, no asumirlo, mentirse diciendo que todo está bien y más después de tanto tiempo como coletilla final.
Pero entonces te encuentras con alguien que ve más allá y se da cuenta de que algo falla.
Ese algo que te hace no profundizar demasiado en según que tipo de relaciones, huir en vez de enfrentar pequeños obstáculos que se presentan, no reconocer quereres por que duele y evitar palabras intensas por miedo a que sean verdad.
Estar contenido debe costar, pero la experiencia es un grado y solo de vez en cuando se dejan pequeñas rendijas abiertas que permiten saber cuando te importa alguien; aunque ese alguien se muera por saberlo de tu boca.
Y así va pasando el tiempo entre vaivenes, habiendo días que se pueden controlar y días que no .
Y el resto observamos , esperamos , con la esperanza de que se quite ese peso de encima y sientas. ¡¡¡Sería tan bonito verlo!!!