Cogerte la mano regordeta y apretarla contra mi mejilla.
Abrazarte haciendo contorsionismo por esa increíble barriga.
Acurrucarme a tu lado en el sofá y olerte.
Darte muchos besos y recibir los tuyos con las cosquillas del bigote.
Oírte cantar.
Mirarte embelesada mientras recitas todas y cada una de las "historias" que conozco desde pequeña.
Coger tus manos y tirar de tí para levantarte.
Hablar. Hablar. Hablar.
Aprender de tu vida, de tu historia, de tí.
Y lo único que todavía puedo, es quererte hasta el infinito.
Ojalá felicitarte.