Los finales también tienen avisos.
También les gusta dejar pequeños detalles de su más o menos inminente llegada.
Un día la conversación se hace pesada, otro, no hay muchas ganas de contar.
Retrasas la toma de decisiones, hasta las más pequeñas e insignificantes.
Obvias cosas, haciendo que perdiendan su importancia y significado.
Te olvidas contestar.
Avisas tarde.
Planes más interesantes se cuelan desplazando otros antes muy apetecibles.
Tan poco a poco .