Te echo de menos y todavía no me he ido.
Tengo la piel de gallina solo por pensarte.
Las lágrimas recorren mis mejillas sabiendo que no habrá más nosotros.
¡Cómo te quiero!
Me consuela saber que éste dolor, es cuestión de tiempo y autocuidado.
Pero añoraré tu olor, por qué ya lo hago.
Soñaré con tus besos y tus abrazos.
Recordaré todo aquello que juntos, me hizo sentir.
Y así me voy, sabiendo que no tocaba, que no era, que no sería.