viernes, 23 de marzo de 2018

Que pase pronto.

No he parado de llorar desde que me he levantado. Por nada. Por todo.
Cuando no puedes controlarlo , cuando no sabes por qué y miras el calendario y…
No podía ser otro dia.
Es verdad que el mes de marzo no es de mis preferidos , se que hace años de que no estás pero no ando muy pendiente por que aquí en la tierra en mi día a día tengo gente de la que preocuparme.
Y claro levantarme tan torcida y con el grifo abierto me ha dado que pensar y claro … según miro el calendario ahí está, el día que todo se fue a la mierda-
El puto día que maduré de golpe, la mitad de mi vida me dejó incompleta y empecé a vivir a medias.
Lo hago bien , no nos vamos a engañar tuve al mejor maestro y vivo según "sus formas" , pero es un vivir que cojea, unos días más otros días menos.
Hoy es de los más , que duro se me está haciendo joder, necesito … TE NECESITO
Sabes lo unico bueno de esta mierda de día que los que te quieren y me quieren me darán ánimos y yo se lo agradeceré por que me dan fuerza cariño y aliento, amor y es maravilloso.

Te Quiero.

jueves, 22 de febrero de 2018

Carencias


-¿Qué pasó? 

          El silencio se hizo insoportable. Las palabras ahogadas en la garganta no salieron, dejando cosas importantes que decir. 

 -¿Qué esperabas?

             Nada. Fui poco ambicioso. Lo quería todo sin dar nada a cambio.

 -Eso no es justo.

            Lo sé, pero yo no puedo dar más. 

 -¿Entonces?

            Dejé que se cansara de mí, alejándola poco a poco hasta que abandonó. 

 -¿Seguro?  

             No, pero no pregunté por miedo a que me quisiera tal cómo soy.

 - Eres un cobarde.

           Nunca he dicho lo contrario. No se dejar que me quieran.

 - Te quiere a pesar de ti. 

            No quiero creerlo, no voy a pensarlo. No puedo afrontarlo.

 - Un no te quiero, hubiera bastado. 

           Pero sería mentira. Y ella no se lo merece.

 -Tú tampoco.

domingo, 21 de enero de 2018

Antes, ahora, nunca, siempre

Tus manos recorriendo mi cuerpo.

Tus labios dándome mordiscos.

El roce de tu barba de dos días en mi cuello.

Tu pecho pegado a mi espalda.

Tu cadera empujando contra mi.

Así te quiero siempre. 
Así te sueño. 
Así te deseo sin descanso. 

Y entonces me despierto y soy consciente de lo que prometimos,  distancia, ser solo conocidos. 
Y me arrepiento del primer beso,  del primer abrazo, de todas las primeras veces que hicieron que nos dejáramos llevar  rompiendo los límites autoimpuestos.

Esos que nos arrastraron hasta destruirnos,  y perder todo lo que nos hizo uno. 

Un nosotros con otra historia,  otro final,  otro principio,  en otro tiempo y espacio. 

Un ójala,  un y si... 

Pero es un nunca al que acostumbrarse aunque duela.