viernes, 22 de agosto de 2014

Es duro sin ti

‎Oigo las primeras notas, cojo aire, e intento no pensar. Pero mi subconsciente va más rápido y mientras mi cuerpo exhala, mi mano sube el volumen y mis ojos dejan caer lágrimas, muchas, demasiadas.
Es inevitable lo intento de veras pero hay tantas canciones que me recuerdan a ti.
Odio estos días en los que no puedo controlar lo que te echo de menos, no por que no quiera echarte de menos, sino por que me doy de golpe con la realidad. No estás y no estarás nunca más y no soporto la idea de vivir sin ti aunque no me queda otra claro.
Y nose si debo o no quejarme, la vida no va mal, pero no hablar contigo, no oír tu voz cuando hablas, cuando cantas, cuando piensas en alto. No tocarte la mano, la cara, abrazarte, se me hace un nudo en la garganta y tengo que hacer verdaderos esfuerzos para seguir adelante.
Me queda toda la vida por contarte, z hacerte participe de ella pero eso es imposible.
A veces pienso que puedo superar tu muerte, pero me miento a mi misma, por que así me resulta más fácil seguir adelante y si parece que funciona. Pero no, jamás podré hacerme a la idea de que no estés a mi lado. Te necesito todos los días de mi vida y creo que no soy la única. 
Me consuela saber que mi mente y mi corazón guardan tus palabras y tu amor inmenso hacia mi que es a lo que me agarro estos días de mierda.
!Cuánto me haces falta!


miércoles, 6 de agosto de 2014

Otra Vida

Después de 40 minutos de esperando a que se durmiera y tras oír unos cuantos ronquidos, pensó que ya no oiría nada.
Se levantó con mucho cuidado y salió de la habitación. Se detuvo un segundo en la puerta, el silencio de la noche hacia que dudara, no estaba segura de haber oído algo.
Revisó toda la casa, como si en vez de largarse, fuera a irse de vacaciones comprobando que todo quedaba en su sitio.
Nunca pensó que huir era una opción para ella, pero su vida perfecta no encajaba con la felicidad que soñaba.
Trabajo estable, un marido genial, o eso creía, una familia estupenda y unos verdaderos amigos.

No pensó que vivía en una jaula de oro que ella misma había construido y ahora todo era asfixiante.
Nada de lo que antes aceptaba gustosa lo quería ya.
Había tardado en darse cuenta, pero no quería su trabajo, su entorno ni a su pareja y ya no había marcha atrás.
Cerró la puerta y con ella todo lo que le hiciera recordar lo que no quería ser ni tener. Todo al baúl del olvido.
Libertad
BlackBerry de movistar, allí donde estés está tu oficin@