Y yo que pensaba que sería algo pasajero, que en cuanto cruzase un par de palabras con ella, se me pasaría. Pero no cuanto más hablo con ella más enganchado me tiene.
¡Joder! pero si no encaja conmigo.
Su sonrisa, eso fue lo primero que me hizo fijarme en ella. Amplia, sincera, permanente. Sé que no es mi tipo, no es una persona en la que fijaría, pero con el ese descaro con el que habla, esa forma de expresarse hace que no puedas dejar de prestarla atención cuando está cerca.
Es diferente a las otras mujeres con las que me he cruzado, y me hace plantearme cosas que jamás había pensado.
Mi vida ordenada, tengo que reconocer que ya no lo es tanto desde que me sorprendo pensando en buscarla, hacerme el encontradizo, pensar en escusas que me permitan llamarla o mandarla un mensaje.
¡Que me está pasando!
La seguridad que tiene en si misma te deja descolocado, ella se gusta tal y como es y en ese momento es cuando te das cuenta de que deprende una luz especial y se contagia todo a su alrededor. Sabe provocarte, porque se gusta y eso hace que nos guste a los demás.
No tiene miedo a decir lo que piensa, a rebatirte algo si cree que no llevas razón, o mantener una conversación serena sobre cómo ve la vida; y entonces tú quieres ver y vivir la vida también la vida así.
En qué momento pase de pensar ¡Qué chica más maja! a ¿Por qué narices no puedo dejar de pensar en ella?
Y ahora que ya tengo todos los esquemas rotos y que por fin se lo que quiero, solo me falta tener el valor suficiente dar un paso adelante.
¿Cuándo? Eso, me lo estoy pensando.
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