jueves, 2 de mayo de 2019

De todo se aprende

Cuándo pasa la primer vez te angustias, la rabia te consume, te enfadas, no entiendes nada y piensas que no puede volver a pasarte.

La frustración es casi insoportable pero una pequeña parte de ti lucha porque no te condicione las acciones y pensamientos del otro, de ti.

Pero ¡ay! cuándo ya son unas cuantas.

Tu parte racional empieza a tomar la delantera para minimizar daño y aprende , gracias a Dios, a priorizar.

Y ahí estoy yo. Soy la primera, ahora lo sé, ahora lo siento.

Entonces el dolor es menos, pasa a ser decepción.

La rabia se convierte en pena.  

La angustia se disipa y es una pequeña punzada que se olvida.

Y entiendes que no vale la pena penar por ello.

Pero ahora lo que duele es la desilusión que no querías ver; que el tiempo invertido es algo perdido y saber que en el fondo tenías razón y ésto tenía que pasar.

Todo tiene un final, tú también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario