Un día por cansancio.
Otro porque algo interesante en la televisión.
El siguiente, porque al salir, la vuelta fue se alargó.
Uno más, se hace tarde recogiendo.
Y así, uno tras otro se hace más grande la distancia.
Un día tras otro la soledad.
Porque siempre hay una excusa.
Porque siempre hay una explicación.
Y otra noche más, en mi soledad, como casi siempre.
Ya perdí la cuenta de las que me he dormido esperándote.