sábado, 26 de agosto de 2017

El verano de mi vida

Tengo tanto por lo que sonreir.

Si, soy consciente de lo que hay a mi alrededor, vivo en el mundo,y mas éste fatídico agosto,  pero mi día a día es en el que me esfuerzo para que sea bueno,  para que lo cotidiano y la rutina sea llevadera. 

Podría ser, porque no mi verano perfecto. 

Siempre tuve la esperanza de volver a tener algo contigo.  No me puse límites,  no me puse trabas solo esperanza y paciencia y el azar,  la suerte o cómo quieras llamarlo no hizo encontrarnos de nuevo telefónicamente hace dos años. 

Las expectativas se quedaron cortas,  me he encontrado a un hombre que respeta,  que espera y quiere conocer,  escucha,  analiza,  y asume , pero también trasmite miedos y dolores del pasado,  sin rencor. 

Tengo una oportunidad que no desaprovecharé,  y disfrutaré de cada minuto contigo. 

Yo también aprendí, no cometeré los errores del pasado,  no me lo perdonaría. 

Estoy orgullosa de ti,  de mi,  de nosotros.  Vamos a ser algo bueno el uno para el otro y asi poder contagiar a los que nos rodean.  

No se puede dar la batalla por vencida. Y nosotros no lo hicimos.

Aquí estamos ahora poco a poco,  de la mano construyendo con paciencia, respeto y cariño mucho cariño algo bueno y lo tenemos que hacer  bien,  porque hay 3 enanos que nos lo agradecerán,  estoy convencida de ello. 

Por eso es el mejor verano de mi vida. 

jueves, 24 de agosto de 2017

Por decisión propia

Me despierto buscándote a tientas con las manos.
No enciendo la luz porque será real que no estás.
Fui yo quién te apartó, lo se, pero mi cuerpo te busca. 
Anhela tu calor,  tus manos recorriéndolo ,  llegando a todos los rincones. 
Pensé que sería más fácil terminar,  que no me costaría desprenderme de ti,  pero estás muy dentro. 

Sin pretensiones llegaste,  y poco a poco, probablemente sin pretenderlo te hiciste imprescindible y yo me deje querer.

Era tan fácil hacerlo. 

Y ahora solo tengo tu recuerdo que evoco a todas horas y me doy cuenta que no debí irme que quizás ésta vez era de verdad era por la que merecía luchar. 

Aquí estoy sobreviviendo a la decisión de dejarte marchar,  de que solo seas el maravilloso recuerdo de lo que podría haber sido.  

Sufriendo por decisión propia. 

miércoles, 12 de julio de 2017

¿Pensar? ¿Decidir? ¿Hacer?

¿En qué momento dejé de pensar? ¿Cuándo perdi la capacidad de analizar las cosas? 
¿Cómo he llegado al punto de llevarme por impulsos? 
No se si puedo parar.
No se si quiero.  
Algo en mi estómago me dice que debería hacerlo.  
Mi cabeza da vueltas. De culpabilizarme a que me deje llevar,  en un bucle sin fin que me desconcierta. 
Cuándo eres una persona que le gusta tenerlo todo controlado,  pensado meditado y no dejas nada al azar...
Nada de esto sirve, ¿qué haces? 
Cada segundo una sensación diferente,  incredulidad,  emoción,  desesperación,  alegría.  
Una montaña rusa que no tiene fin. 
¿Y si?  es una pregunta que ya no me he hecho porque significa que tengo que pensar las consecuencias y no quiero hacerlo.  
Tengo miedo a conocer el camino elegido,  pero no puedo parar y avanzo firme,  casi sin dudas a ello.  
No voy a detereme, es un reto y hace tiempo decidí que no dejaría ninguno sin inentar. 
La incertidumbre me desconcierta,  me provoca ansiedad,  pero también me llama poderosamente a encontrar que hay después. 
Tiembla mi cuerpo por la tensión de no saber controlar mis emociones,  es un estado nuevo que desconozco pero me intriga.  
¿Y cuándo todo pase?  ¿Qué?  ¿habrá meredo la pena?  ¿Será todo cómo antes? 
No se.