Tengo que pedirte algo.
Desnúdate.
Acércate.
Métete en la cama conmigo.
Pégate a mí espalda.
Abrázame.
No dejes de hacerlo hasta que me duerma .
Y cuando esté dormida, sal de la cama , aléjate y vete.
Desaparece para siempre.
Necesito que quedemos en el pensamiento, en el limbo, en lo que fue.
Solo voy a recordarnos bien.
Seremos nosotros siempre a pesar del tiempo, de los años.
No tendremos fin.
Y así es como terminan las historias que merecieron la pena, con un buen recuerdo.
Está bien que de vez en cuando sea el hombre el cosificado.
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