Hubiera sido más fácil si hubieras escuchado.
No entiendes el porqué, el ahora.
Pero tuviste señales al principio, certezas más adelante y palabras al final , que no quisiste oír.
Pero no pasa nada. Hay razones que darán con la explicación, esa que necesitas.
Pero yo te doy la mía.
Lo intento tanto que a veces pierdo la perspectiva y a mí.
No hago ruido si molesto, pero sigo al pie del cañón.
Escucho, espero, comprendo y hasta justifico.
Pero también sigo acumulando experiencias, sonidos, palabras, conversaciones, miradas, silencios, ausencias.
Y cuando todo eso pasa y se acumula, es cuándo todo encaja, todo está claro y me veo.
Siento que no vieras las señales, siento que tampoco quisieras verlas.
Pero todo tiene un tiempo, un momento, un espacio y es finito.
Cómo la desazón de este adiós, finito también.
No hay razón para preocuparse, según termines de leer, se pasó la incertidumbre, se racionalizó todo y ya vuelves a estar libre para la siguiente historia.
Suerte.