Me parecía que un día como hoy era bueno para hablar. Había una excusa.
Estaba todo pensado al milímetro como todo lo que pienso y hago.
A medida que pasaban las horas y se sucedían acontecimientos, tenía que esforzarme por pensarte, por buscar una razón objetiva para volver hablar.
Y al buscar esa razón solo encontré excusas.
Todas las que me he dicho a mí misma.
¿Eso quiere decir que he dejado de darle vueltas? No, claro que no. Mi cerebro es especialista en sobrepensar.
Cuidándome, he pensando sin mentirme, el motivo real de esa necesidad de contacto y la respuesta es clara : ninguna.
Y aquí estoy escribiendo al aire para evitar escribir en otro sitio, haciendo tiempo para que pase el día.
Evitar tentaciones.
Mañana solo quedará un : ¿y si? Que se olvidará rápido y en el fondo es lo que conviene.
Objetivamente es el mejor día para pasar página porque han pasado cosas tan buenas hoy que hacen desaparecer todo aquello que no vale, no conviene, no interesa y encima hace daño.
¡Qué bien lo has hecho!
No hay comentarios:
Publicar un comentario