No sé si estoy triste, cabreada o indignada. Para que veáis como el clima político y social creado de un tiempo a esta parte está empezando hacer "daño" de verdad.
El adolescente tenía hoy partido de basket me preguntó si podíamos llevar a su amigo Jaime al partido.
¡Por supuesto!, le contesté.
Pues anoche me lo recordó . Mama que llevamos a Jaime. Yo: que siiii. - Ah mamá, Jaime es chino. ¡Y tu negro!, contesté.
Al segundo me di cuenta que responder impulsivamente no había sido la mejor manera de hacerlo.
Así que continué. ¿Es tu amigo? Pues es lo único que me importa.
Por supuesto la charla duró un poco más.
¿Pero que narices estamos haciendo para que niños de 14 años piense que tienen que justificar cómo son sus amigos?
En mi casa día a día intentamos que mis hijos no sean discriminados ni por su raza, origen ni cualquier otra cosa.
Y nosotros como sus padres intentamos reeducar aquello que nos han enseñado desde que somos pequeños y hasta ahora estaba siendo "relativamente" fácil.
En el momento en el que vivimos es una tarea harto difícil, pero también os digo, no voy a tirar la toalla.
Pero también os digo que es descorazonador ver el panorama actual.