Sobresalto. Todas y cada una de las veces.
Incapacidad de dejar de sonreír.
Se eriza el bello, se enrojecen las mejillas y tiembla el cuerpo.
El corazón empieza a latir tan fuerte que es casi imposible, no pensar en que pare, porque podría salirse del pecho.
Dura bastante y no se puede controlar.
Te hace sentir jodidamente bien.
Así que siempre esperas que se repita, porque engancha.
- ¿Y qué es exactamente?, preguntas.
- Tú y tu efecto en mi.