He estado en tu casa.
Me he parado y he mirado un buen rato la fachada.
No me he atrevido a llamar pero claro, he llamado la atención y Marcos ha salido a ver quién era esa mujer mirando hacia la puerta de su casa.
Era de esperar que viviera allí, pero la venta era una posibilidad que también estaba y me ha sorprendido.
Le he pedido disculpas y le he dicho que te conocía y que como hacía tanto tiempo no me he atrevido a llamar.
No le he dicho que sé que no ibas a estar, no le he dicho que siempre que puedo paso por aquí mi mente se queda unos segundos en el salón , en la cocina, en la sala ...
Me ha invitado a pasar para contarme cómo ocurrió todo, cuando había pasado y demás y yo se lo he agradecido.
Si supiera que no puedo olvidar cada una de las cosas que pasamos juntos y las que no pudimos hacer.
Me ha costado no llorar sonriendo, al pasar dentro , de golpe han llegado todos los recuerdos y hasta los olores , porque sigue conservando la chimenea y ufff, tengo que reconocer que ha sido difícil.
Ya no están tus fotos, tus libros tus papeles, pero si está la carpeta de recortes de los logros de él que me enseñaste una tarde mientras te mostrabas absolutamente orgulloso de él y así se lo he contado.
Pasar esos minutos otra vez dentro de tu casa me ha hecho darme cuenta que todavía no he cerrado ese capítulo, que echo de menos muchas de las cosas que hacían de estar juntos, algo excepcional.
Hemos hablado de volver a vernos, porque eran tan fuertes las sensaciones que pensé que me rompería y he dicho que tenía prisa y terminaremos de ponernos al día.
Te contaré cómo ha sido