Quererte

Fue increíble.

Tan bonito.

Darte atención, cariño, amor, complicidad.

Lo volvería hacer seguro, pero de otra manera.

Quererte cuidándome.

Protegiéndome de ése amor sin sentido.

Por qué los amores rápidos, fugaces ,intensos es lo que tienen, finales complicados, duros, difíciles.

Pero te quise tan bien.

Me quedo con la sensación de haber sabido dar tanto como quise, y eso no me lo quita nadie.

Lo único que no sé, es si alguna vez, en algún momento tu lo hiciste.

Pero se quedará en el aire, sin respuesta.

Tal vez , como mi amor por ti.

Lo que somos

Fuimos:

Abrazos.

Besos interminables.

Mensajes con amor.

Conversaciones interesantes.

Dar a cambio de nada.

Pensarnos.

Somos:

Espacio.

Olvido.

Conversaciones a medias.

Contacto medido.

Silencios incómodos.

Mensajes sin respuesta.

No solo el tiempo es la diferencia entre los dos estados.

Tú decisión

Te dejé decidir desde el primer día.

Eras  el dueño de todas las decisiones.

Pero eso no lo supe ver hasta mucho después.

Tu decidiste cómo conocernos. 

Cómo nos relacionamos, como nos hablábamos.

Hasta decidiste cuándo podíamos querernos.

Llevando el ritmo, los tiempos, todo.

Qué era importante, qué no. 

Hasta  como debíamos sentir.

Llegué a pensar que era mutuo.

Y cómo un deseo de un niño pequeño, como un capricho fugaz , de esos que cuando se han conseguido ya han perdido interés, empezaste a decidir de nuevo como iba terminar.

Tu decidiste que ya no había tiempo, que las cosas habían cambiado.

Qué el espacio, la distancia era lo mejor para nosotros en estos tiempos.

Qué no era necesaria la continuidad, la complicidad, las conversaciones.

Qué así estábamos bien, que no hacía falta más que el interés, aunque éste fuera distinto para cada uno de nosotros.

Y así es como terminó. 

Así decidiste.

Así fue.

Cuando enloquecí

Locura por tu voz, ronca si susurras, grave si ríes.

Locura por tus manos, noto tanto en cada milímetro de mi piel tus yemas.

Locura por tus ojos, recorriendo muy despacio mi cuerpo desnudo.

Locura por cada minuto contigo.

Locura.

No sé qué me pasó, no sé cómo pasó pero enloquecí.

Enloquecí hasta perder la cabeza, la razón.

Y ya no supe reaccionar y me perdí.

Me perdí, loca por tí.

Y ahora , ahora que no estás, tengo que volver a vivir, sin mi locura, sin tí. 

Y repito

 Me cuesta concentrarme.

Intento sacarte de mi cabeza. No puedo.

Lo intento más que nada en el mundo. No puedo.

No entiendo que me ata a tí.

No entiendo porqué.

No tiene sentido.

Yo, que necesito controlar todo lo que me rodea, hasta el más mínimo detalle, ésto me viene grande.

No sé si es malo, no sé si es bueno. Pero como no puedo hacerme con ello, me da miedo.

¿Y si no puedo soltarte?

¿ y si dejo de ser yo ?

Y entonces, lo dejo, rompo, huyo.

Y regreso a mí, a mí soledad, al yo mi me conmigo.

Hasta la próxima.

El entorno, los apoyos, la vida

Escribo ésto con lágrimas en los ojos y con una pena inmensa.

La rabia, la impotencia y el dolor también forman parte de todo lo que voy a vomitar ahora mismo.

Le conocí hace 7 años aproximadamente tendría 10 o 12 años, un poco mayor que A. Grande , me enteré más tarde, cuando  coincidieron en un curso.

Me quedé rápido con su cara y su nombre, por lo guapo y pillo, como por la rareza de su nombre.

A. grande no tenía muchos amigos en esa época y el fue un buen apoyo.

Vino a casa unas cuantas veces, fue muy educado siempre, hablador y aunque no mantuvieron la relación de amistad tan estrecha más tarde cuando no iban juntos a clase, han tenido contacto siempre. 

Yo le preguntaba por él y me consta que el hacia siempre lo mismo. 

Era un buen niño.

¿Por qué cuento todo ésto y en pasado? 

Ha muerto esta madrugada, una puñalada y no han podido hacer nada. 

Podría haber sido A. grande pero no, por que el tiene apoyo, un entorno seguro, habilidades y el factor "suerte". 

Chicos buenos, listos, pero alborotadores y con pocas ganas de estudiar. 

Siempre pensé en dar un paso adelante , lo sabían los dos por qué soy muy pesada y siempre estuvo mi casa abierta para él, pero no lo hice y me queda pesar.

Hay que cuidar en comunidad a la juventud, a los niños , para que cuando su entorno falle , ¡ojo! todos fallamos, tengan algo a lo que apoyarse.

Podría estar enumerando los fallos del sistema, de la sociedad , del entorno, de la familia, de él, de todo, pero eso ya no importa.

Pero si comprometerme con mirar un poco más allá de mi circulo y ésta vez sí, dar un paso más si puedo, que seguro que sí. 

¡Qué pena más grande!

Aunque haya pasado el tiempo

Miro si hay mensajes tuyos.

Sigo haciéndolo aún sabiendo que no van aparecer.

Ya no hay buenas noches.

Ya no hay buenos días.

Ni siquiera un ¿Qué tal?

Lo echo de menos.

Como otras tantas cosas. 

Pasará. 

Como todas las cosas que no permanecen, que se terminan y que se olvidan.

Porque tú también serás olvidado.

Pero todavía me resisto.