Y con un sola frase tus defensas desaparecen.
Las barreras que te habías puesto caen.
La promesas autoimpuestas ya no sirven.
Y tú fortaleza flaquea hasta que se esfuma.
Ya no sabes si ahora hiciste bien, si merece la pena inentarlo de nuevo.
Si es verdad o solo un espejismo.
Es tanta la necesidad de creer que dejas que pase.
Qué te dejas llevar.
¿A dónde?
A ese sitio dónde te sentías tú, una persona completa.
Sólo por una frase.