sábado, 12 de diciembre de 2020

Hasta luego

Solo 17 meses. Meses que se han pasado demasiado rápido. 

No has tenido tiempo suficiente, ni tampoco los que te queremos.
Si, los que te queremos, porque no estás ya, pero te seguiremos queriendo. 
No quería esa despedida, pero doy gracias a que lo hiciste, a pesar de. 
Me faltaron un beso y un abrazo, o mil, pero hubiera sido difícil despegarme de ti. 

Tengo tanto que contarte , necesito tus consejos, tu silencios, tu paciencia, tu mirada. 
Todavía no me lo creo, ni quiero creérmelo.
No quiero hacer sola lo que hacíamos juntos, me hice a la idea de que era temporal, de que volverías y que no lo hagas es algo que no sé cómo voy a llevar. 

Es definitivo y tengo que aceptarlo. 

Qué bien el traslado, que te hizo recalar aquí. Qué gusto pasar las horas hablando, que bonito es ser tu compañera y amiga. Cuánto te voy a echar de menos y cuánto duele.

Ojalá pudieras leer todo lo que tengo escrito para ti, ojalá supieras todo lo que te quiero.
¡Ojalá!

Cuando un te quiero


Cuando llegues a mi vida
Cuando estés enfrente de mi
Cuando por fin te encuentre.

Te quiero para perder la cabeza.
Te quiero para reorganizar prioridades.
Te quiero para poner la vida patas arriba.
Te quiero para cambiar cosas.
Te quiero para conocer vidas nuevas.


Te quiero para hacerte hueco en mi vida.
Te quiero para empezar de cero.
Te quiero cada minuto de cada día.
Te quiero para dormir contigo y despertar juntos.
Te quiero para todo lo que un día imaginé.

Si, tú.


 

jueves, 26 de noviembre de 2020

Y lo que queda

Me conozco las fases del duelo y estoy casi segura de haberlas pasado cuando falleció de manera inesperada y temprana mi padre.

Se lo que significan y supone cuando muere alguien querido o importante en nuestra vida.

Y ahora llevo casi dos semanas evitando pensar en ello, en otra muerte. Está sin fecha pero previsible . Y no quiero aceptarla , ni tampoco el duelo.

Se cómo duelen las primeras veces y aunque muchas ya las he hecho sin ti porque ya estabas enfermo, pero yo sabía que todavía estabas, estás.
No quiero acostumbrarme al hecho de ir sola en el bus, a no ir a buscarte para un café, no poder ir a comer juntos, coger la bicicleta. No quiero hacerlo sola.

Soy consciente de como los recuerdos y las imágenes que tengo de nosotros se terminan  difuminando, perdiendo detalles, casi olvidándose, porque el tiempo pasa y la mente es sabía y no nos deja quedarnos mucho tiempo donde duele tanto y como lo sé no quiero que pase, no quiero olvidarnos.

Duele tanto saber que te vas a ir. Me cuesta respirar, si lo pienso más de 5 minutos, las lágrimas asoman y ya es casi imposible ver nada porque los ojos se inundan y ya no puedo parar.

Estoy tan cabreada , tan desilusionada, tan decepcionada, tan dolida y tan asustada.

Y lo peor de todo lo que más rabia me da es la impotencia de no poder hacer nada por tí, pero tampoco por mi y tú recuerdo, mi duelo, tu adiós.

Es ley de vida, si y vaya puta mierda.
Y me rebelo ante la idea del olvido, del paso del tiempo, del vacío. Porque no puedo impedirlo y eso es más doloroso todavía.

Qué difícil está siendo ésto.
 

lunes, 16 de noviembre de 2020

Sus silencios

Llevaban en silencio y adormilados un buen rato.
Muy juntos, abrazados y con las piernas entrelazadas.
No era algo habitual tener algo de tiempo, y hoy que lo había parecía que no les pertinenciera.
Y en silencio seguían mientras sus cabezas pensaban, imaginaban, quizás soñaban.

Ella emite un sonido un poco más alto que una simple respiración y se arrima un poco más, como si necesitara que él se de cuenta de su presencia.
Él se gira, se miran, juntan sus cabezas, cierran los ojos y sonríen a la vez aunque no se ven, pero se sienten.

Y pasan minutos así y siguen en silencio ese que les impide abrir esa parte que no se atreven a creer, a pronunciar en alto pero que está ahí.

Ellos lo saben, lo notan y lo dejan pasar. ¿ Quizás para la próxima vez?



 

jueves, 12 de noviembre de 2020

Carta a la María niña

No quería escribir esta carta, me cuesta mucho, no sé qué podría decirte para hacerte sentir bien, para que veas que todo lo que has hecho o has vivido hasta llegar aquí ha sido por convertirte en una mujer, que a lo mejor no querías por qué no la conocías, pero ahora ya tienes claro qué es la que buscabas.

Toda tu preocupación por los demás no ha sido en vano. Ellos lo necesitaban y a ti te hace sentir bien, muy bien. A lo mejor estar tan pendiente de la gente que te rodea desde tan pequeña no es lo mejor, pero haber sido el apoyo de tu hermano, responsable de tu padre en y el soporte de tu madre en muchos momentos, siempre tiene su recompensa. Dormirás satisfecha y feliz siempre.

No te culpes por estar apartada, sola, no es tan malo y te ha ayudado a superar un montón de cosas, de esas que te avergüenzan tanto, sin pedir ayuda.

Escucha cuándo te dicen que importas y que eres importante, por es verdad, no tardes 40 años en creértelo.

Tus sueños no se cumplen tal y como los anhelabas, pero hay otros que los han sustituido casi perfectamente, porque los has luchado tú.

No eres responsable de las decisiones de los demás, quítate esa losa de encima, si de las tuyas y lo hace muy bien .

Me gusta la persona que te has convertido, por favor quiérete ¡¡vales tanto!!


sábado, 7 de noviembre de 2020

Un puñado de pequeñas cosas

Por ...

Cómo me miran tu ojos , mientras tu manos tocan mi piel.

Los besos húmedos, y tus abrazos fuertes que me sostienen.

Las llamadas, para contar algo o nada.
"Te adoro".
Lo que no pasará, compensa lo que vivimos.
Pensarnos.

Que estás y compartimos 

Los silencios, que dicen mucho más de lo son.
Siempre.
Por nosotros.

Pues por todo eso y más, Te quiero. 

domingo, 1 de noviembre de 2020

Tú ¿Qué das?


Una mano tendida.
Yo me encargo.
Una sonrisa.
Confía en mí.
Una llamada
Te acompaño
Un te quiero.
Noches en vela.
No te preocupes.
Un abrazo.
¿Puedo ayudarte?
Cuenta conmigo.
Estoy.
Un día de risas.
Besos.
Madrugadas.
Canciones.

No lo doy, sale solo cuando quiero bien.