Siento haberme colado en tus planes.
En lo míos tampoco estabas. Pero creo que tampoco hacia falta.
Sucedió, queriendo por supuesto, somos adultos.
Y salió bien, ¿No? O eso parecía hasta que como casi siempre uno quiere menos , o no quiere lo que anhela el otro.
Por querer más no pasa , ¿verdad?
Y no se habla de las diferencias, ni de las expectativas, ni de los sueños, ni de los deseos.
Así está bien, va, funciona.
Y así sigue durante un tiempo, porque es más fácil seguir la rueda, que bajarse en marcha.
Pero hay que tomar decisiones y eso son palabras mayores.
¿Qué no da tanto miedo?, que queriendo tanto no sepamos hacer algo por él, por ese amor.
Y es el principio del fin.
Y siempre es lo mismo, todas las que fallan pasan por algo parecido a ésto.
Repetimos aquello que hemos oído, visto de otros, pero ignoramos como si no nos fuera a pasar.
Pero lo hace.
Dime, ¿también a nosotros?
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