No hace falta decirlo.
Tú lo sabes, yo lo se.
Es un, nosotros.
Ya no hay definiciones claras, es todo muy difuso.
Tampoco es necesario nombrar algunas cosas.
Es suficiente con saber que están. Y eso da seguridad.
¿Y como es posible si parece la nada?
Porque saber que existe no implica que tenga palabra que lo describa, etiqueta, título.
Lo tienes, lo sientes, lo tocas, lo oyes, lo hueles, lo vives.
Y eso somos algo sin nombre pero con existencia, algo para siempre.
Tuyo, mío, nuestro.
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