martes, 28 de noviembre de 2023

Dejar de

Qué cuesta arriba se hace dejar de ser, con alguien.

Se hace por convicción, esa de saber que no es sano, que no conviene y que ya no hay más.

Agarrarse a los detalles, a lo que te hizo sentir bien, te llenó, te gustó, te hizo sentir.

Mientras se olvida o se intenta, todo aquello que hizo daño. Mucho, poco, con o sin intención pero lo hizo y ahí está.

Supera con creces a lo bueno, en tiempo, en calidad, en todo. Pero algo que hace que te mantengas ahí. Si ahí, dónde ya sabes que no es. 

Repetirlo todas las veces necesarias, tampoco es infalible, no es ahí, así se está mejor, no puedes controlar todo, no es como tú deseas, necesitas, quieres o crees que debería ser.

Y aún así, después de un trabajo titánico para aceptar los noes todavía queda una mínima esperanza.

Esperanza a la que no hay que creer porque es solo una ilusión.

Pero no por eso deja de dañar.


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