No es una historia cualquiera

Cierro los ojos y casi sin darme cuenta el recuerdo del olor de tu piel lo tengo presente de nuevo.

Como es posible que ya lo necesite y hace un minuto que te has ido. Da igual, lo siento como mío, pertenece a mi recuerdo a nosotros y con eso vale.

Pensé que no era posible echar de menos con la persona presente, pero lo es. La sola idea de saber que no vas a estar, duele.

La realidad es que no pasa nada, pero es mucho más llevable la vida si estás cerca. ¡Qué egoísta soy!

Pero es que me apeteces.

Quiero hacerme a ti.

 
Quiero saber que somos.

 
Echarte me menos solo un poco.

 
Cansarte de mis intensidades.

Abrir los ojos y verte.

Olvidarme de pensarte porque invades mi cabeza.

Soñar despierta contigo.

No dejarte de mirar.

Coger tu mano y caminar juntos.
 

Créeme

De todo lo que dije fui consciente.

Cada una de las palabras dicha en alto, estaban más que pensadas en mi cabeza.

Sabiendo cuándo estaban dichas y con qué intención.


Porque tan importante es decir un "te quiero", como un "ya no puedo más".

Todas las que te dije tenían un motivo,  que te quedara claro hasta que punto estabas metida en mi cabeza, en mi corazón , en mi piel.

Ninguna fue gratuita, ni si quiera aquellas dichas fruto de la excitación, el deseo, el cansancio o la desesperación.

Y ahora y el tiempo ha dejado en mi la rabia de no habértelas hecho creer, de no habértelas gritado lo suficientemente alto para creerlas.

¿Es tarde ya? ¿O tengo una última oportunidad?

Contigo todo.



 

¿Cuándo termina?

No es algo rápido, muchas veces poco a poco la distancia entre dos personas se agranda cada vez más.

Es algo progresivo que hace costumbre al silencio, a las frase entrecortadas, a los planes cancelados, a los besos no dados, a los olvidos y a los detalles perdidos.

De vez en cuando hay un acercamiento, pero es fugaz, no deja huella. Y entonces vuelve despacito el vacío haciéndose su hueco.

Un vacío entre dos personas que han pasado todo juntos, que se conocen, que comparten vida y hasta es más que probable que se quieran.

Pero el tiempo pasa por encima de todo aquello que no atiendes, que no cuidas , que no ves, y lo arrasa.

Y llega el día en que esas dos personas se miran a la cara y no se reconocen en los ojos del otro y la tristeza es inmensa porque no supieron ver a tiempo qué sucedía sin poner remedio.

Y ahora, ¿Qué? Más silencio, más miradas esquivas que no favorecen el punto y final.

Por qué eso es el final, cuándo ya no hay nada, se termina.

Aunque haya dudas, aunque no sepan si quieren que suceda,  aunque les duela, aunque no sepan cómo hacerlo.

Hasta aquí llegaron  y a partir de ahora, ellos, ellos solos. 

Amor sin límites

Creía que el amor estaba limitado.

Un solo corazón con una capacidad también limitada para albergar quereres.

¡ Cuán equivocada estaba !

¿O es mi corazón diferente y tengo uno de capacidad ilimitada?


No sé cuál de las dos respuestas es correcta o si hay alguna más por ahí a la que no he llegado todavía, pero lo tengo claro : El amor en mí, es ilimitado.


Porque además no sé superponen, ni se incordian, ni se enfrentan.


Un hijo no quita, arrincona o suplanta el amor a otro hijo.


Porque la odiosa frase de "a quien quieres más a papá o a mamá", es de las cosas más cruel que se le puede decir a un niño. Son amores distintos.


Y qué me decís de ese primer amor, y del amor imposible y el amor de tu vida y el amor con el que compartes tu vida también. Pueden ser todos el mismo o no, pueden ser muchos.


Porqué entonces debería estar limitado querer, porque hay que ponerle una cantidad de amor a un amigo u a otro, o a una antigua pareja con una nueva.


¿Y si basamos el querer por lo que representa esa persona en tu corazón, en tu mente, en tu vida? Por lo que significa, por lo que haces con ella, por lo que sabe de ti, por el tiempo que pasa contigo, por el momento vital que comparte contigo.


Así no limitas amar, no, multiplicas tu querer porqué tiene tantas formas como personas a las que tú quieres.



Cada una diferente, especial, que te completan cada una de ellas para llenarte de amor del bueno, del que te hace ser inmensamente feliz.


Y tú, si tú, tienes también mi amor y un tozo de mi corazón, de mi mente, de mi vida, siempre
 

Despedida sin hacer

No se me quita de la cabeza. No te pude despedir.

Tengo un agujero en el corazón y en el cerebro y se que va a costar cerrar.

Sigo girando la cabeza buscándote sabiendo que no estás, pero no lo puedo remediar.

Y a la mínima mi cabeza vuela a los lugares comunes.

A los sitios en los que solo estuvimos nosotros.

A momentos y conversaciones que ocurrieron y que repito una y otra vez en mi cabeza, sin saber muy bien la finalidad ya que se que es algo pasado e irrepetible, duele.


Quiero llamarte, quiero oírte darme consejos,  que me regañes también.

Es que no estás¡¡Joder!!. Y no puedo con ello.
La vida es un poco peor por ello.

Qué duro es ser invisible, que jodido es no llorarte, qué complicado es el olvido.

No quiero dejarte ir, no puedo todavía.  

MADRE

Ser madre es especial SIEMPRE.

Por qué cada persona es un mundo, cada hijo es diferente.

Pero sobre todo porque cada una de las maneras de llegar a la maternidad y ser madre es absolutamente especial.

Jamás se me ha ocurrido comparar las maternidades, nunca.
No me atrevería bajo ningún concepto medir  que es más bonito, especial, duro, fácil o cualquier otro adjetivo que se quiera utilizar para explicar que es y cómo se siente el ser madre.

Vale ya de comprar, de poner unas maternidades por encima de otras.
Adoro a mis hijos, adoro sus vidas y sus historias que les hicieron llegar a mi.
Soy la mejor madre para ellos y la más feliz porque me han dejado serlo.

Madre, disfruta de tu hijo desde el minuto uno, quiérele, acompáñale, y haz que cada minuto con él en la vida sea tan especial como deseéis.
Pero sobre todo no dejes que nunca nadie te diga qué es ser madre, ni cómo debes sentir tu maternidad.

 

Te pienso

Cuándo me levanto y lo primero que hago es mirar los mensajes, sonriendo cuando vea que hay uno sin leer.

Y si me estoy vistiendo, y me entretengo haciéndolo como si estuvieras mirándome.

Y cuándo suena en la radio una canción de distancia. O simplemente cuando mi cabeza vuela soñando con tus besos.

Pero también cuándo te acabas de ir, y ya estoy esperando que vuelvas.

Aún cuándo mi tiempo está lleno de cosas, en algún momento te cruzas en mi mente haciendo que me salga una carcajada inesperada.

Y soñando ¿Sabes que te cuelas en ellos muy a menudo?

Te pienso, sí. Te pienso siempre.