Transitando

Ojalá no pensarte.

Ojalá no echarte de menos.

Ojalá no tenerte permanente en mi cabeza.

Así te olvidaría.

Así mi vida no sería un continuo pensarte.

Así empezaría a soltar.

Entonces abriría mi vida a cosas nuevas.

Entonces no dependería de tí.

Entonces te habría superado.

Y después ya no dolería tanto.

Y después continuaría mi camino.

Y después solo serías un recuerdo.

Atrapado

Sabía que no tenía que mirarte a los ojos.

No debía mantenerte la mirada.

No podía acostumbrarme a tu lengua, tu saliva, tus besos.

Qué no se me erizaría la piel, como lo hacen con tus manos.

Sabía que no había historia, solo final.

Qué los abrazos con la nariz metida en tu cuello, terminarían.

La absoluta certeza de que fue un maravilloso espejismo.

Qué hay historias que no tienen trama, solo un principio explosivo y un desenlace previsible.

No por eso menos doloroso.

Por qué lo es. 

Duele, lo sé , lo sabes. Los sabíamos.

Pero aún así, hubo historia. 

Porque quise, porque quisiste, quisimos.

El efecto

Sobresalto. Todas y cada una de las veces.

Incapacidad de dejar de sonreír.

Se eriza el bello, se enrojecen las mejillas y tiembla el cuerpo.

El corazón empieza a latir tan fuerte que es casi imposible, no pensar en que pare, porque podría salirse del pecho.

Dura bastante y no se puede controlar.

Te hace sentir jodidamente bien.

Así que siempre esperas que se repita, porque engancha.

- ¿Y qué es exactamente?, preguntas.

- Tú y tu efecto en mi. 

¡Qué difícil!

Soltarte.

Mírame bien.

Dejarte ir.

Cuidarme.

Olvidarte.

Quererme.

Quererte.

Sanar.

Pensar.

Cuidar.

Seguir.

Estar.

Y así, hasta volver a ser yo. 

Yo sin tí.

¡Qué difícil!

Poco a poco

No creas que no me acuerdo.

No pienses que no te extraño.

No olvides que te tengo en mente.

Y esto no es alguna vez, de vez en cuando, cuando suena una canción , o hay algo que podría hacerme recordar, no.

Es siempre, me acuerdo, te extraño, te tengo en mente. Siempre estás.

Pero no lo grito a los cuatro vientos, ni siquiera lo digo.

Estoy intentando acostumbrándome poco a poco. 

A que pase desapercibido, a dejar de sentir, aunque eso no se hace así como así, eso no se borra, yo no puedo.

Y así, poco a poco serás algo que se desvanece hasta que desaparezca.

No todo dura eternamente, eso dicen, ¿no?

Pero no puedo asegurarlo, porque yo no sé hacerlo de otra manera .

¿Es real?

Te estoy esperando.

Ven, acércate.

Pégate a mí esplada, recógeme con tus brazos.

Muy cerca, piel con piel.

Oigo tu respiración en mi nuca y me vuelvo loca.

 

Respiro, para no darme la vuelta y devorarte. 

Y aguanto lo justo para que no se pase el momento mágico.

Se acompasan las respiraciones, se relajan más y más a medida que pasa el tiempo.

Y llega la calma, el silencio y los ojos se cierran

Estás a mi lado, ya tengo todo.

Mañana ya veremos 

Y yo

No es una buena respuesta si es para contestar un te quiero.

Si además lo repites en el tiempo, peor.

Qué no significa que no se quiera, no. Lo que significa es que ya no es como fue.

Ya no significa un te quiero de amor.

Significa muchas cosas eso sí, cariño, amistad, complicidad, tiempo, aprecio, estima.

Y eso es bueno, pero eso no es amar.

Ha perdido su esencia, su intensidad, sus ganas.

Ya no es un te quiero de amor. Es un te quiero de otras muchas cosas, también bonitas y válidas, pero no de amor .

Y yo también te quiero, signifique lo que signifique.