Lo he oído.
He oído el click.
Algo se ha roto.
Ha sido por casualidad, sin saberlo.
Hubiera sido mejor no saber. O saber más tarde.
¡Cómo duele la desconfianza!
No sé qué pensar. No sé qué se supone que tengo que hacer o decir.
Está doliendo.
Ahora dudo de mi. Después de mucho tiempo.
No sé si es exagerado o no.
¡Cuántos pensamientos contradictorios!
Una montaña rusa de sentimientos negativos y positivos que cambian cada medio segundo.
Preguntas que no sé responder, y de las que no sé si quiero saber la respuesta.
Y ahora, ¿Qué hago?
No hay comentarios:
Publicar un comentario