Que bien sentaría quitarse de encima eso que nos falta, que nos duele.
No es pretender que desaparezca así "chas" , no.
Hay algo que duele, lo sabes, lo identificas, lo trabajas, ves que no es problema o si, y lo pasas o lo intentas.
Pero no siempre es así.
Tu cabeza y tú corazón hay veces que no van al mismo tiempo, ni en el mismo compás y claro ahí está el "problemón".
Y entonces lloras y esperas que se vayas. O te apartas para no salpicar, pero no. Ahí se queda aguantando, agarrado a tu estómago y pellizcándote el entendimiento.
¿No podríamos tener como cuando el dolor es físico, una pastilla para aliviarlo, o sanarlo?
Cuándo no siempre puedes con ello, cuándo todavía no has aprendido a pedir ayuda, cuando aún pidiéndola, sigue doliendo.
¡Que difícil es curarse de lo no físico!
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