No me gustan.
Y aquellas que ponen un puto Intermedio, sobre la incertidumbre de si habrá otro vez, esas son las peores.
En ellas, el silencio es muy denso, es incómodo y lo inunda todo.
Los minutos previos son duros, sabes que hay que decir adiós, sin saber si será o no la última, o el tiempo será poco, demasiado o insuficiente, hasta una próxima.
Y puede llegar a ser frío, puede que parezca que el instante hasta llegar ahí al final haya sido insignificante.
Pero no, los momentos más intensos son aquellos en los que cualquier forma de hacerlos llegar al final es mala, porque nunca deberían llegar ahí, a los finales.
Y aún así llegan y nos cuesta el hasta luego , el adiós, el ya nos vemos.
Porque querrías que fuera un , no hace falta que te vayas, que termine , quédate.
Pero no lo es.
Hasta luego.
Adiós.
Ya nos veremos.
Bueno, tirando de literatura trasnochada, te diría eso de que después de cada final, hay un principio.
ResponderEliminarY menos mal, no?
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