jueves, 1 de julio de 2021

Llorar de felicidad.


Se puede, sí.

Porque cuándo encuentras eso que te hace clic en la cabeza, en el corazón, que te llena tanto que no sabes ni como explicarlo, a veces hasta abarcarlo, lloras si, de felicidad y sonriendo.

Porque te das cuenta de que tiene sentido lo que sientes, lo das y lo que recibes.
 
Porque estás lleno de amor, felicidad, cariño, agradecimiento, de cada uno de ellos o de todo junto.

Porque te sientes invencible, fuerte y completo.
 
Porque el cuerpo se estremece con cada lágrima de felicidad que recorre más mejillas.

Porque estás donde habías soñado y ha llegado.

Y lloras. Mucho, muchísimo mientras no paras de reír.
 
Eso es llorar de felicidad

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario