Hay quereres que no son buenos, empieza disfrazado de buenas palabras, cariño, pasión pero no aguanta el paso de la vida.
Atracción, novedad, luego costumbre y comodidad, es posible.
Para otros, es siempre querer de mil y una manera según el día, la hora , la época lugar momento o la edad, pero no termina evoluciona.
Esa es la sensación, uno más otro menos.
Cada vez los tiempos son más largos.
Los espacios más grandes.
El color menos brillante.
La temperatura más fría.
Mirar atrás buscando el punto de inflexión, el que es, el principio del fin.
La esperanza de haber podido modificar la historia, termina como ella, por agotamiento .
Ya no hay nada que contar .
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