Me acuesto pensando en sí mereció la pena, si hoy, ahora , todavia merece la pena.
No lo sé, no lo tengo claro.
Es la primera vez que las decisiones se amontonan, no veo con claridad.
No todo es blanco o negro.
Pero no hay nadie, no lo veo , se ha perdido.
No he dejado de tirar, aún creo que lo sigo haciendo , pero también las fuerzas flaquean.
Ya no son las mismas, están mermadas por la ausencia, por la indiferencia , el silencio.
No hay uno solo tiempo en el que se termina, no hay una sola cosa que desencadenan.
Es la acumulación , la montaña de cosas sin resolver que un día cae, se desmorona y se lleva por delante todo sin importar, pasado, presente y futuro.
Y entonces, ¿Qué?
No se, todavía sujeto la montaña.
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