Hubo cosas que anticiparon los hechos.
Tiempos que dejamos pasar.
Cada vez más silencios.
Menos momentos y conversaciones juntos.
La vida, el trabajo, los problemas. Excusas.
Planes aplazados.
Distancia social.
Emociones ocultas.
La familia, el estrés, agotamiento. Más excusas.
Días grises en bucle.
Separación física.
Olvido consciente.
Ya no puedo más. No quiero ésto. Se acabó.
Ya no hay excusas.
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