A querernos.
A contarnos medias verdades.
A conocer nuestros límites.
A lo prohibido.
A querer ser algo.
Al, ahora estoy, pero mañana un poco menos.
A creer por unas horas que era real.
A olvidarnos teniéndonos delante.
Pero nos salió mal.
El juego terminó y con ello, nosotros.
Y, ¿Ahora?
Ya no quiero seguir jugando.