Londres y lo que cuelga

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Estoy bien , muy bien.

Riendo desinhibida, tranquila , sonriendo feliz.

Donde me escuchan , me arropan y me quieren.

Nunca pensé que una ciudad podría asociarla a sensaciones que marcan que se quedan.

Londres lo ha conseguido por ella y por quién aquí vive.

Desconexión total y a la vez conecto conmigo y con lo que quiero seguir haciendo con mi vida.

Kit Kat que me ayudan a enfocar, centrar y seguir.

Repetir periódicamente como pauta médica.

La solución ☺️.

¿ Y a ti ?

Pensaba que la distancia habría modificado mi forma de verte, de sentirte pero no , mi cuerpo te recuerda perfectamente y mi mente también.

Consigo resistirme para mí misma , cinco segundos, los mismos que tardo en pensar que no quiero resistirme.

Eres capaz de tirar todas mis barreras a pesar del tiempo.

Eres capaz de encenderme hasta el límite también a pesar del tiempo.

No es un reproche, es solo perplejidad.

Siempre me queda la duda, si pasa más tiempo, si nos distanciamos ¿Qué pasará al  volvemos a vernos? 

¿Lo sabes?

Si, lo sabes. 

Que volveremos a caer en picado. 

Que nuestros cuerpos no saben de tiempo, solo de placer, de lujuria, de vicio , de ... de todo eso que nos hace sentir tan bien y solo nos quedará disfrutar.

Después de todo, no me parece mal plan.

Cerrando etapas

Hoy he cerrado una etapa.

Una etapa que ha durado 6 años y que me ha regalado una experiencia impagable sobre amor, familia, amistad, solidaridad, trabajo, administración y sobre uno de los pilares de mi vida, el acogimiento familiar.

El acogimiento familiar llegó a mí vida con A pequeña y llegó como él,  para quedarse. De una u otra manera siempre va a formar parte de mi vida personal y familiar. 

He aprendido tantísimos estos años de tantas personas y situaciones que me siento muy afortunada. 

Haber formado parte de FADES ha sido una experiencia vital que no olvidaré en mi vida. He superado miedos, he llegado a sitios que pensé que no llegaría nunca y he compartido vivencias tan increíbles que me han reportado amigos de vida y familia elegida con la que me une algo inexplicable.

Cierro esta etapa con la mochila llenita de cosas buenas y amor del bueno en todas sus versiones. 

Seguiré con la mano tendida a los que continuarán trabajando en el acogimiento , pero yo ahora desde casa, ya solo como familia.

Estoy cansada y era el momento de cerrar pero estoy un poquito triste y las lágrimas mientras escribo ésto me dan la razón voy a echarlo de menos.

Comiezos

Pensé que no llegaría pero sí.

Qué bonito amanecer libre de prejuicios q, con la mente limpia para llenarla de información.

Qué bien ir paseando mientras miro a mí alrededor y descubro otra vez mi sitio, mis lugares frecuentes , todos los que olvidé durante un tiempo.

Cruzarme con la gente que hacía meses no miraba, sonreír y saludar, como habi estado haciendo siempre.

Saber donde voy y con que propósito. 

Tomar decisiones, elegir, intentarlo.

¿Porqué olvidé todo lo que me hacía feliz?

Por un espejismo,creo, que duró demasiado.

¡Qué bien estar de vuelta! 

¡Qué ganas de todo!

Perdí la cuenta

No sé cuando empecé, pero ya estoy de lleno en eso de disculparte.

Te puse por delante más veces y más días de los que me dediqué a mí.

Se ha olvidado. 

No era un buen momento.

Había poco tiempo.

No era el día.

Había mucho trabajo.

Lo intentó pero no está pendiente.

Cuándo llegué a las 100 excusas dejé de contar.

Y ahora que perdí la cuenta y me perdí a mí, he conseguido parar.

Ya no hay nada que te disculpe ,ya no me creo ni mis mentiras, ya perdí cuenta.

Ahora busco escucharme, respetarme y quererme un poquito más y tú no estás en ésta búsqueda 

Se repite

Tengo tantas ganas de olvidarte como de saber de tí.

Quiero pasar página y a la vez tenerte cerca.

Y así pasan lo días con el cerebro desdoblado y el corazón partido por la mitad.

Y estoy contigo y todo pasa a un segundo plano.

Y no estás y el tiempo hace mella, araña y deja al descubierto la vulnerabilidad.

Y otra vez el bucle.

No consigo tener una certeza real de lo que me conviene.

No sé si te quiero o te odio.

Te echo de menos y a veces me olvido de tí.

Te miro y sonrío, te escucho y me pierdo en mundos alejados.

No estás y cada vez hay más cosas que ocupan tu lugar.

¿Qué tienes que no me deja partir?

¿Qué tengo que no puedo dejar de pensarte?

Un ciclo finito que no para de repetirse, una y otra vez.

Solo cambia, a veces, la cadencia y la intensidad. Como las estaciones , el día, la noche.

Se repite.

Tres años

Cuatro días antes, me mandaste un mensaje para despedirte.

No me puedo creer que hayan pasado ya 3 años.

Diciéndome que te recordara, como si pudiera olvidarte en algún momento.

Qué era importa para tí, a lo qué te respondí, que tú si que habías cambiado mi vida .

¡Qué pena no haber coincidido antes! 

Pero que bien aprovechamos nuestro tiempo.

¿Nos faltaron momentos ? Si, sin duda. 

¡Qué gusto tenerte en mi vida! 

Es increíble como sigues estando presente, como me gustaría que vieras todo lo que está pasando, todo lo que he conseguido.

Y saber que la culpa, la semilla de todo fuiste tú.

He vuelto a leer todos nuestros  últimos mensajes.

Y no puedo dejar de agradecerte que me pensaras, que te despidieras y me mandaras tanto amor en unas pocas líneas.

La vida sigue pero es un poco más triste sin tí.

Te echo de menos.

Dejar de

Qué cuesta arriba se hace dejar de ser, con alguien.

Se hace por convicción, esa de saber que no es sano, que no conviene y que ya no hay más.

Agarrarse a los detalles, a lo que te hizo sentir bien, te llenó, te gustó, te hizo sentir.

Mientras se olvida o se intenta, todo aquello que hizo daño. Mucho, poco, con o sin intención pero lo hizo y ahí está.

Supera con creces a lo bueno, en tiempo, en calidad, en todo. Pero algo que hace que te mantengas ahí. Si ahí, dónde ya sabes que no es. 

Repetirlo todas las veces necesarias, tampoco es infalible, no es ahí, así se está mejor, no puedes controlar todo, no es como tú deseas, necesitas, quieres o crees que debería ser.

Y aún así, después de un trabajo titánico para aceptar los noes todavía queda una mínima esperanza.

Esperanza a la que no hay que creer porque es solo una ilusión.

Pero no por eso deja de dañar.

Pensé

Pienso mucho. Sobrepienso. 

Hasta cuando se que no debo, o cuando no va a ningún sitio, le doy vueltas una y otra vez.

Pero lo hago. Eso soy yo. Solo es un rasgo más de mi.

Y lo hice mucho en mi, en tí, en nosotros. 

Si es que lo de nosotros existe.

Y lo pensé con alegría al principio, ilusión después , un poco más tarde expectación, extrañeza, anhelo, desconcierto , sosiego, espera, comprensión, resignación y aceptación.

Y cada uno de esos estados de mis pensamientos me llevó a un lugar diferente que no conocía, a uno de esos que te enseña con dolor, que deja poso y un peso gigante que oprime.

Y también pensé, que todo pasa. 

Hasta lo que nos negamos a aceptar, a asumir, para llegar a conclusiones que tampoco satisfacen. Pero eso es lo que hay.

Pero yo pensé que no.

Quiero

 Saber de tí.

Tus besos.

Nuestras charlas

Tu saliva en mi piel

Tus llamadas

Nuestras bromas. 

Tus manos apretándome fuerte. 

Tus buenos días.

Sentirte cerca.

Que sepas de mí.

Follar de todas las formas que sabemos. 

Que me calmes cuando no me soporto.

Que sigamos siendo.

Que me mires. 

Que me veas.

Que me escuches.

No quiero seguir echándote de menos.

No sé cómo hacerlo.

No sé cómo decirte que 

solo es eso. 

Contradicción

 Y ahora que no estás, te echo de menos

Por eso no era una decisión fácil.

Por eso se alargó en el tiempo.

Y ahora pienso si fue buena idea.

Y me quema el teléfono en la mano , de las ganas de oírte

Porque tenerte cerca me calma, me centra, me ayuda, me da alas.

¿Y ahora?

Ahora, estaremos un poco más lejos, seremos un poco menos nosotros ... ¿solo un poco? O ¿No seremos?

Si no estás, me faltas, cuesta, te busco.

Si estás solo a ratos, es incertidumbre y sufrimiento continuo.

Si estás, todo pasa, todo está bien.

¡Cuánta contradicción! 

F I N

Cuando al pensarte solo hay pena de la historia.

Cuando molesta que ya no duela.

Cuando escribes un mensaje y lo borras.

Cuando, si suena el teléfono no quieres cogerlo.

Cuando la perspectiva de un encuentro no existe y si lo hace ya no tiene aliciente.

Cuando piensas en lo que pudo ser como algo anecdótico.

Cuando ya no te preguntas ni porqué , ni ¿Seré yo?

Cuando ya no intentas encajarlo. 

Cuando no pones interés, por algo , por todo.

Cuando es solo cuestión de tiempo, o del momento exacto.

Cuando todo está decidido.

Cuando ya no le das más vueltas.

Cuando de verdad no hay nada por lo que luchar.

Del amor al odio NO hay un paso.

Hay infinidad de ellos que no vemos, que no queremos ver.

Y los que terminamos viendo son los como carteles de neón de las carreteras americanas, se ven a la legua y llevaban tiempo allí.

Del amor al odio hay tantos pasos como pequeños reveses del día a día que asumimos como si tal cosa.

Los primeros silencios imperceptibles. 

Los pequeños malos gestos.

Las frases molestas no dichas.

Un rechazo, un olvido, una ausencia.

Son cosas cotidianas, cosas que pasan siempre, el pero es que se repitan y se alarguen en el tiempo, que se hagan tan grandes que hay más pasos que distancien que los que unen.

Y todo esos pasos juntos te llevan al paso del odio.

Somos muy exagerados, no siempre llegamos al odio. 

Pero si la indiferencia, la falta de comunicación, complicidad, ganas y cualquier tipo de amor 

Entonces, una última cosa , la que rebosa, es el paso, ese, del dicho popular.

¿En qué paso estás?  

Impresiones

Yo escribo, tú lees. 

Yo no pongo todo lo que hay, pero tú interpretas lo que quieres.

No hay ninguna pretensión, me apetece decir, escribir, hablar .

Siempre lo hice, da igual el momento, el formato.

No es necesario dar una explicación a todo.

No es imprescindible saber si hay algo detrás o no.

No juzgues. 

Respeta.

No pienses por mí, no interpretes, porque no será real .

Solo yo se lo que pasa, lo que siento, lo que quiero que se vea, lo que no.

Y así todo.

No es lo que ves, no es lo que interpretas, o crees saber. 

Es solo y únicamente lo que pasa en ese instante que muestro.

Ya pasó

 Se te encoge el corazón, lo sientes literalmente. 

Físicamente no sé si es posible que ésto pase, pero el sentimiento, la sensación y el dolor que supone es real. 

Un nudo en el estómago que no te deja respirar. 

Va subiendo por la garganta notas cómo se va cerrando, impide que salgan las palabras 

El cerebro se nubla, un peso enorme se nota en la cabeza .

Los ojos empiezan a escocer, pican y las lagrimas empiezan a salir sin control.

Dejas que pase, te dejas llevar .

No sirve de nada controlarlo. 

Todo pasa por algo.

ésto es el cúmulo de todo aquello que no está resuelto y de repente ZAS , todo se desborda de manera exagerada, visceral.

Te das permiso y esperas que pase.

Poco a poco para el hipido, se secan las lágrimas, la respiración vuelve, la cabeza ya está despeja.

Ya pasó.

Me engaño

Y ya no me importa.

Ahora me reconforta, me ayuda, me deja seguir.

¿Supervivencia? Es posible.

O simplemente agarrarse a un imposible que te deja continuar en una vida completa de cosas difíciles de las que todos tenemos que pasar muchos días.

Me creo que hay algo, todavía.

Me ilusiono con ciertas cosas.

Me sorprendo y sonrío por otras.

Me engaño, porque mientras estés, ausente pero ahí en un nuevo sitio intermedio, que no es cerca por la distancia física y que no es lejos, por la cercanía de algunas situaciones, sigues siendo ancla, apoyo, seguridad.

Asi que utilizo mis recuerdos, para estar un poco mejor, hasta que consiga hacerlo sola, sin apoyos imposibles.

Lo haré, lo sabes, lo sé .

Pero mientras... Me engaño 

Noche

La noche son las peores.

Porque es cuando se bajan las defensas, se quitan las caretas, se va el maquillaje con la ducha.

Y en ese momento es cuando más falta hace.

Un beso, un abrazo, un polvo, un whisky, una conversación.

Para apaciguar el alma, calmar los pensamientos y dejar la mente en blanco.

Y solo te queda pensar en lo que fue , en lo que pasó, lo que significó.

Y entonces calculas mentalmente cuántas noches te quedan así, vacías, oscuras, solas.

Y no sabes poner fecha, día , momento.

Y así todas las noches.

Hoy

Te esperaba, de hecho te esperé.

Probablemente para nada.

Pero necesitaba un abrazo, un beso, un ...

Y esto ha sido mucho tiempo, muchas veces. 

Lo mismo, esperar algo de alguien que no te puede dar nada, es una tontería, pero ...

Y pasa el tiempo y das y esperas.

He esperado mucho.

He dado mucho.

Ya no tengo qué dar.

Ya no hay nada que esperar.

Aborto

Estoy en Madrid, en la clínica abortiva por excelencia de esta comunidad.

Acompañando a alguien que podría considerar familia.

Llevo una semana apoyando, 3 días con el cuerpo revuelto y hoy además con una carga de responsabilidad por encima de lo normal.

No todas las mujeres pensamos igual, no todas tenemos las mismas ideas y creencias. Pero eso no importa ahora.

Hay ley del aborto que lo regulariza y lo garantiza... supuestamente.

 Ojo, creo firmemente que tiene que haber una regulación.

Pero no, no es del todo cierto.

 

No está garantizado en todo el territorio nacional, no está apoyada suficientemente una mujer que tenga dudas, miedo , riesgos o necesidad , de tener o no, un embarazo y llevarlo a término.

Estoy donde tengo que estar, lo que me pide el cuerpo y aunque no es mi decisión , ni mi vida, ni mi cuerpo, estoy jodida , tanto que me cuesta por momentos mantener la calma, la cordura.

Te acompaño, te sujeto, te abrazo y te quiero.

Y hagas lo que hagas hoy, no va a cambiar nada entre nosotras.

Qué difícil todo.

Si me ves sonreír

 Hay veces que solo es nostalgia.

Te echo de menos.

Echo de menos las charlas.

Las horas de conversación.

La libertad de hablar.

El deseo de escuchar.

Mirar la hora y sonreír.

Saber que estás.

El tiempo juntos , o separados, nuestro.

Me gusta pensarlo.

No todo dura para siempre y tampoco pasa nada.

Además todos los recuerdos son mios y están ahí para acudir a ellos, cuando te extrañe.

Entonces es cuando sonrío