No se olvida, y más si
eres adicta a las redes sociales como yo, porque una vez puse algo y ahora te
lo recuerdan. Pero no es necesario que te olvide, es más no quiero olvidarte,
lo que quiero es recordarte bien.
Y sin que me haya dado
cuenta ha llegado el día en que no duele. Sí, no duele.
No estás, no vas a estar,
no vas a volver, no voy a tocarte, ni a hablarte nunca más. Y aunque parezca increíble
no duele, es muy injusto y triste, pero no duele.
Ya no cuento los años
pasados, tendría que parar y hacer “cuentas”, ya no lloro desconsolada, ya no
espero una llamada de teléfono, ya no tengo nostalgia de lo perdido.
Ahora puedo hablar de ti
sin sombra de tristeza, sin recuerdos que aten al pasado, sin pena por lo
perdido.
Es muy difícil explicar
lo que siento ahora mismo, soy feliz por echar la vista atrás y decir
convencida que he superado tu muerte. Si es una palabra que da miedo, perdón,
daba miedo.
Eres mi padre, estés físicamente
o no a mi lado. Soy así, en parte por ti. Mi vida ha sido así, también por lo
que he sido contigo y gracias a ti.
Y esto es crecer, superar
y seguir viviendo con una sonrisa.
Quererte no murió contigo,
así que te sigo queriendo y eso no va a cambiar.